En la Brecha
En la Brecha: Un Llamado a los Hombres Católicos para Ser Guardianes de la Fe
Vivimos tiempos desafiantes. El mundo cambia rápidamente, y muchas veces nos encontramos sin modelos claros de virtud, entrega y firmeza. En medio de esta realidad, la exhortación apostólica "En la Brecha" (Into the Breach), escrita por el Reverendo Thomas Olmsted, obispo emérito de Phoenix, surge como un grito de guerra espiritual dirigido especialmente a los varones católicos: ¡levántense, hombres de fe!
Esta exhortación no es una teoría ni un documento frío. Es una invitación directa y valiente a recuperar la identidad del hombre como protector, proveedor espiritual y líder en el hogar, en la Iglesia y en la sociedad. "En la Brecha" nos recuerda que el hombre está llamado a imitar a Cristo en su sacrificio, en su amor por la verdad, en su valentía para enfrentar el mal. Ser hombre, a la luz del Evangelio, no es simplemente asumir un rol tradicional, sino encarnar una vocación de entrega radical, de servicio fiel y de amor valiente, especialmente cuando todo alrededor parece empujar hacia la indiferencia o el egoísmo. En este documento, se nos recuerda que el verdadero poder del hombre cristiano se encuentra en su capacidad para sacrificarse por el bien de los demás y en su disposición a vivir una vida centrada en Dios.
Un hombre católico verdadero no es aquel que domina, sino el que sirve. No es el que se impone, sino el que se arrodilla ante Dios. "En la Brecha" destaca que la oración diaria, la Eucaristía, la confesión frecuente y la lectura de la Palabra son armas poderosas para todo varón que desea ser fuerte en el combate espiritual. No se trata solo de una espiritualidad privada, sino de un compromiso activo y visible con la fe: ser testigos en el trabajo, en la familia, en la cultura. Es también una llamada a recuperar el sentido de fraternidad, a formar grupos de hombres que se apoyen, se exhorten, y crezcan juntos en santidad. La soledad espiritual de muchos varones hoy puede ser superada si se atreven a caminar juntos como hermanos en Cristo.
Muchos hombres hoy se sienten sin rumbo, atrapados en la rutina, desconectados de su misión. La exhortación es clara: no fuiste creado para la comodidad, sino para la batalla. Hay una brecha en la cultura, en las familias y en la Iglesia... y necesita hombres que la ocupen. Hombres que vivan con integridad, que amen con pureza, que eduquen con firmeza y ternura, y que se entreguen sin miedo. La pasividad espiritual, la indiferencia o la apatía son hoy más peligrosas que cualquier adversidad externa. La voz de Dios sigue llamando a hombres que luchen por lo que es verdadero, justo y santo. Y esta lucha no es violenta ni arrogante, sino humilde y perseverante.
Si estás leyendo esto, es porque Dios te llama. No importa tu pasado, tu historia o tus errores. Lo que importa es que hoy puedes dar un paso hacia adelante. Tú eres necesario. Tus hijos, tu esposa, tus hermanos en la fe, y el mundo necesitan hombres como tú: valientes, orantes, luchadores. En la Iglesia hay lugar para tu fuerza, para tu voz, para tu entrega. No te escondas más. Cristo no te llama a ser perfecto, sino fiel. Ponte la armadura de la fe. Toma tu cruz. Y entra en la brecha. Dios no llama a los capacitados; capacita a los que llama. Y a ti, hermano, te está llamando hoy.
San José, varón justo y silencioso, ruega por nosotros.
