Virgen de Coromoto

Virgen de Coromoto

September 11, 20254 min read

Nuestra Señora de Coromoto: Madre de un Pueblo que Nació de la Fe

En el corazón de Venezuela, entre montañas y ríos, en una época de transición y conquista, floreció una de las advocaciones más hermosas y significativas de la Virgen María: Nuestra Señora de Coromoto, madre que supo hablar al corazón de un pueblo indígena… y al alma de toda una nación.

Un encuentro entre el cielo y la tierra

Corría el año 1652 en las selvas del estado Portuguesa. Allí habitaba el pueblo indígena de los cospes, quienes huían hacia la montaña para evitar el contacto con los colonizadores españoles. Pero Dios tenía otro plan. A través de María, el Evangelio iba a tocar sus corazones.

Cuenta la tradición que la Virgen María se apareció al cacique Coromoto y su familia, mostrándose con una luz celestial en medio del bosque. Con palabras dulces, lo invitó a recibir el agua del bautismo, que abriría las puertas de la vida eterna. Impactado, el cacique accedió y bajó con su gente a ser instruido por los misioneros. Pero el miedo, el orgullo y la confusión lo hicieron dudar. Tiempo después, decidió huir de nuevo a la selva.

Fue entonces cuando ocurrió el milagro. El 11 de septiembre de 1652, la Virgen volvió a aparecerse dentro de su choza, mientras él se encontraba enojado y rebelde. Irritado, trató de espantarla y hasta intentó agarrarla con violencia. Pero en ese momento la Virgen desapareció, dejando en su mano una pequeña imagen impresa en un pergamino: una imagen milagrosa que hoy es venerada como prueba del amor de María a Venezuela.

La Virgen mestiza que abraza un país entero

Lo más impactante de la aparición de Coromoto es que la Virgen se presenta como mestiza, reflejando la mezcla de razas que dio origen al pueblo venezolano. Es madre de los indígenas, de los criollos, de los pobres, de los que dudan, y de los que creen.

La imagen original, que aún se conserva, mide apenas 2.5 x 2 cm, pero su fuerza espiritual ha movido montañas. En 1942, el Episcopado Venezolano la proclamó Patrona de Venezuela, y en 1952 el Papa Pío XII la coronó canónicamente. Su santuario nacional se encuentra en Guanare, donde miles de peregrinos llegan cada año para agradecer, pedir y renovar su fe.

Cuando María toca el alma de un pueblo

Nuestra Señora de Coromoto no es solo una historia antigua; es presencia viva. Es el testimonio de una madre que no se cansa de buscar a sus hijos, incluso cuando se esconden, dudan o luchan contra sí mismos.

El cacique Coromoto representa a tantos de nosotros: personas que escuchan el llamado, pero que dudan, se resisten, huyen. Y sin embargo, María regresa. No nos deja. Vuelve a la choza, al rincón oscuro de nuestro corazón, y nos muestra que la fe no impone, sino que propone amorosamente.

Ese gesto de dejar su imagen en la mano de Coromoto es un símbolo hermoso: María quiere permanecer en nuestras manos, en nuestras decisiones, en nuestro día a día. No es solo Reina del cielo, es Madre cercana. Es luz para los que caminan, consuelo para los tristes, guía para los confundidos.

Venezuela tiene en Coromoto una señal poderosa de esperanza. En medio de los desafíos, crisis, dolores y divisiones, la Virgen mestiza sigue diciendo: “Estoy contigo. No tengas miedo. Bautízate en mi Hijo, y vivirás.”


Oración a Nuestra Señora de Coromoto

Virgen Santísima de Coromoto,
madre mestiza del pueblo venezolano,
que llevaste la luz del Evangelio a lo profundo de la selva
y tocaste el corazón del cacique Coromoto con tu ternura celestial.

Hoy venimos ante ti con nuestras luchas, nuestras heridas y nuestra esperanza.
Enséñanos a escuchar la voz de tu Hijo,
a confiar en su promesa,
y a vivir como verdaderos hijos del Padre.

Tú que no te rendiste ante el rechazo,
tú que entraste en la choza del corazón humano,
entra también en nuestras casas, en nuestras familias, en nuestra nación.

Renueva la fe de Venezuela,
abraza con amor a los pobres, a los enfermos, a los que emigran y a los que esperan.
Llévanos al encuentro con Jesús, el único Salvador.

Madre de Coromoto,
quédate con nosotros y no nos sueltes jamás.
Amén.

I AM CATHOLIC - FE QUE UNE - COMUNIDAD QUE TRANSFORMA.

Embajadora - I AM Catholic

Maria Pia Recchimurzo

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